Es chivatiduría el estanco, pósito, lugar o monipodio en el que los cortos de entendimiento u ombliguistas "deposicionan" agravios supositicios contra sus vecinos e iguales en derechos. Es su fin que estos, esquivos a la sumisión del pensamiento, se vean sancionados por la ortodoxia equivoca de la autoridad o, en ultimo extremo, segregados de su fantasiosa comunidad ideal. Chivatín es quien con razones inverosímiles y faltas de fundamento excreta su pestilencia mental en tales depósitos de infamia, creando con ello querellas hueras y desnortadas. Donde se levantan chivatidurias la sociedad cae en el desanimo, se vuelve acomodaticia y tiende a la negligencia y el arcaísmo. Chivatidurias y totalitarismo son lo mismo. Los chivatines igual hacen asentar denuncias contra objetos que contra sujetos: así lo exige su criminal visión de la libertad. No se debe de confundir a los chivatines con los acusicas, ni con los lenguaraces, bocarranas, cascalotodo, bocazas, chivatos o delatores. Cierto, son igual de hideputas pero en distinta fase de evolución. Los chivatines, dominado su pensamiento por quienes son alguien en el mundo de los intereses creados, son títeres puestos en escena para salvaguardar y justificar el puesto destacado de la mano que les mueve. Donde hay chivatidurias hay caudillos hipócritas y gilipollas con sueños excéntricos; estos son los chivatines, crédula grey manipulada psicológica e inadvertidamente por los primeros, déspotas de la oligarquía tribal.
En un lugar en el que los justos no padeciesen, los chivatines serian reconocibles por andar a puerros con los párpados cosidos y todos los orificios corporales con guano cegados. Bueno, los chivatines y con menor severidad, pero llevando también lo suyo, los allanadores del gang de Teddy el "Osito", y los chupacirios del COE, y los berzas en flor que han elegido como himno nacional esa mostrenca y anodina tontería que corre con chufla por ahí. O sea el despiporre; ciegos haciendo de lazaro a otros ciegos.
Si, soy arbitrario porque habida cuenta de que lo cómico guarda estrecha relación con lo necio, me he ganado el derecho a serlo. Ah, y nadie interprete lo escrito en ultimo termino como una reacción fuera de lugar debida al hecho de que el himno que envié a concurso no haya sido "agraciado". Era de esperar. Mi propuesta requería que el acompañamiento instrumental fuera a base de vihuelas y zanfonías. Los primeros versos, por si la curiosidad os pica, decían así:
Las señoras putas del "Gallo",
me han pedido en comisión,
escriba una letrilla
como himno de la Nación.
Pon-porrooon-pon-pon.
Don Testicle de Tabellini y Lansdowne, un diablo visitador al que trato desde mis tiempos de mozo de cuadra en la posada de Tabard, en Southwark (Véanse los "Cuentos de Canterbury" del señor Chaucer), hablome días atrás, en la barra de un asador donde coincidimos, sobre el regimiento que llevan los chivatines en el infierno.
- Por esparcir cizaña, flor de disputas, entre los diablos de condición más baja o de trinchante y caldera, a los chivatines ibéricos les tenemos ingresados en un pabellón apartado. Putos sociopátas de los cojones - dijo, en tanto pasaba un billete de veinte a un encargado de comedor para que le sentara al lado de unas malcasadas dadas a las tentaciones carnales - Y allí andan, jodiendo la marrana, como si la casa fuese suya, acusándose unos a otros por pejiguerias -continuó redicho - Pero lo peor no eso, Gaif, que va. Lo fastidioso de verdad nos ha llegado con las ultimas remesas recibidas. Nada que ver, oye, con los ingenuos pecadores que hemos conocido ... Han llegado unos que se dicen Ciutadans de Privilegi, a los cuales han tenido que poner escribiente por el numero de memoriales de agravio que remiten al jefe, quien, hasta el cipotil rabo, ha ordenado se les coloque esquilón vaqueiro al cuello por advertir de su presencia si hacen escapadas - Luego, con sus ojos saltones vueltos del revés por la emoción, me contó sobre los tormentos que les esperaban y reímos un rato.
¿Existe para los falsarios mayor tormento que la estricta verdad?
Hay "Marcas Señoriales" en España donde las chivatidurias se han oficializado como iglesias de la historia desviada y del pensamiento único. Su Biblia: un milhojas pésimamente horneado de recapitulaciones forzosas y falsos crónicones. Sus eclesiásticos: sacerdotes y sacristanes de pan mojar indistinguibles de la autoridad civil. La parroquia: alegres zangolotinos desapercibidos de su sometimiento y, por lo que dejan traslucir, poseedores de las taras cromosómicas más singulares y desacertadas. Así es y así lo cuento. Volveremos a ello.
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Ahora, con la obligación de ajustar a verdad el titulo de esta capillada, toca amalgamar (¿mercurial de temperamento que es uno?) lo expuesto con otro metaloide que me resulta mucho más grato... Lo prometo, a medida que afilaba el párrafo me he sentido culpable por no posar con más asiduidad sobre ciencia. Meditare al respecto. Aunque... ¿saben una cosa?. Mas que hablar sobre lo que conozco y a diario manejo, prefiero hacerlo sobre lo que a pellizcos voy aprendiendo y me deja buen sabor de boca. Es como aprender dos veces. Más divertido.
Me gusta andar. Ando mucho. Soy capaz de hacerlo durante todo un día sin mostrar signos de aburrimiento o de cansancio. Acaso se lo deba a mis abuelos: rudos, ascéticos, cabales hasta la muerte, gente de cañada que pastoreó incansable por paramos, valles y quebradas. El único modo de tomar el pulso a una ciudad es andándola. Por cosas del oficio, yo he tomado el pulso a cientos de ciudades; hay alguna a la que, globalmente, conozco mejor que los nativos que la sufren o gozan. Las ciudades son como las mujeres: unas se dejan andar, abren sus calles; otras, a fín de salvaguardar sus secretos, se muestran reacias, hay que conquistar sus pasajes con paciente insistencia. No digo que estas o aquellas sean mejores o peores. Son igual de femeninas pero distintas. Trento y Ouro Preto son completamente disimiles pero igual de bellas. Todas las ciudades guardan alguna maravilla, incluso aquellas pesadillas soviéticas que hoy son el sueño de un chatarrero. Quiero decir que, una vez inyectado en el torrente asfáltico de su sistema cavernoso, uno encuentra y ve de todo.
- Oiga, don Gaiteros, o como diantres quiera que se llame. Tengo para mi que va usted camino de ponerse espeso como la mierda... con esto de las ciudades. ¡Ni que una viviera en la luna!.
- Tiene usted razón, doña Escolastica. Es por quitar roña a lo que he contado antes.
- Pues hágase y háganos el favor de aplicar el cuento.
- Como mande, doña Ecolalica. A sus pezuñas.
Aunque cada día con más dificultad uno encuentra, digo, hasta librerías de saldo, lance, viejo o de segunda mano; igual me da como gusten llamarlas, puesto que no hay ninguna que, cayéndome a mano, escape a mi detenido escrutinio. Lo cual que a poco empaque y fondo (bibliográfico) que tenga el establecimiento siempre hay algo que me llama la atención y acabo comprando. Esto es así, y de ello debe colegirse que no son pocos los volúmenes de pasado oculto que, rescatados tras mi inquisición de los apartaderos donde la suerte o mal fario les colocó, van y vienen de un lugar a otro de mi cuarto. Trazos de su pretérita vida existen: en forma de posos que los dueños que fueron dejaron u olvidaron entre sus páginas. Y, con irresistible inclinación hacia el orden, recojo estos sedimentos identificativos, los clasifico y guardo en sobres bien rotulados. Hay entre ellos billetes de lotería, viejas fotografías, invitaciones de boda, recordatorios de primera comunión, facturas, recetas de cocina, listas de esto u aquello, billetes de todos los modos de transporte conocidos, recetas medicas caducadas, postales, estampas de toda la Corte Celestial, cartas comerciales y personales, calendarios, vetustas tarjetas de visita, oraciones a San Apapucio u otro santo cualquiera, entradas de teatro y cine, sellos vírgenes o matasellados, hojas amojamadas, papel moneda fuera de curso, parafernalia funeraria, tiritas, análisis clínicos, propaganda, etcétera.
Ahora me permito un salto y vuelvo a lo en principio escrito:
Se puede demostrar, aun mirando aturdido a través de las propias piernas, que España ha sido y es geografía en la que medran los chivatines. Aquí el personal se presenta a largar en una chivatiduría hasta por conseguir un palmo de tierra mas en el cementerio. Como prueba (antigua) de mi afirmación, sigue uno de los posos librescos que guardo.
Volumen de procedencia: LOWELL THOMAS.- "LOS CORSARIOS DEL MAR". Episodios de la Guerra Submarina (1914-18).- JOAQUIN GIL, Editor. BARCELONA. Primera edición. febrero 1931. (Versión española y prólogo de MATEO MILLE; 430 págs; obra ilustrada con con 110 fotografías)
Venga, señores, al puto tajo.
Circular. Excmo. Sr: Vista la instancia promovida por Don Julian E* G* (la identificación mediante iniciales es voluntd mia), vecino de Villarrubia de Santiago [*](Toledo) en suplica de que se otorguen a su hijo Julian E* E*, soldado del batallon expedicionario en A Africa del Regimiento de Infanteria del Rey Nª 1, los beneficios de la R. O. C. de 6 de septiembre de 1919 (D. O. num. 205) por haber denunciado a un profugo: resultando que, con arreglo a la de 11 de agosto del corriente año( D. O. num. 180), le fueron concedidos los expresados beneficios a los individuos que pertenecian a los cuerpos permanentes de Africa causando baja en los mismos
y pasando a ser licenciados si llevaban un año de servicio, o continuando en Cuerpos de la Peninsula hasta transcurrir dicho año; resultando que al con- ceder estos beneficios podrian volver a cubrir una baja en Africaen Cuerpos expedicionarios, en el transcurso del tiempo en que no fuesen licenciados,
lo cual iria en contra de los preceptos de la propia real orden de 11 de agosto ya citada, considerando que la circuanstancia eventual se servir en unidades expedicionarias no puede servir de obstaculo par obtener los be-
(aqui se pasa a otra cuartilla )
-neficios por denuncia de profugos, puesto que por cada individuo que regresa a la Peninsula sirve ya con antelacion otro profugo que ha de permanecer cin-
co años en Africa sin correr el riesgo de su falta de incorporacion porque son conducidos por la Guardia Civil; comsiderando que debe buscarse la necesaria equidad favoreciendo a los denunciantes de profugos para que no se burle el deber constitucional de servir, a la Patria y que no hay fundamento para que se niegue para los menos, que es lo transitorio en la prestacion del servicio
de los expedicionarios en aquellas guarniciones , por lo mas que son los de los Cuerpos permanentes, ya resuelto en la tan repetida real orden de 11 de
agosto, el Rey(q.D.g.) de acuerdo con lo informado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina se ha servido acceder a la peticion del recurrente, dando a esta disposicion caracter general.
Es al propio tiempo la volutand de S. M. que estos beneficios alcancen tambien a los individuos de cupta que sirvan en las unidades ex-
pedicionarias y a los que por real orden circular de 5 de octubre proximo pasado (D. O. num. 227) se les otorgaba el derecho a disfrutar de esta gra- (lo que sigue está escrito a mano) cia por denuncia de profugos.
Dixo Rubén:
Del hampa que sacia
su canallocracia
en burlas al arte, la gloria, el honor;
del puñal con gracia
¡líbranos Señor!
1 comentario:
Allô Don Gaiferos->>>
La genealogía y consumada existencia de estos chivatines que proliferan , mal que nos pese, en est inmensa tierra azul explica varias incoherencias, gracias por darme un punto de apoyo eficiente a un corolario que me tenía algo desorbitada pues no encontraba su causa fuente...
Saludos Afectuosos, Aquileana :)
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